martes, 5 de febrero de 2013

MNLA PARA UNA AZAWAD DEMOCRÁTICA Y LIBRE DE TERRORISMO


Hoy, 28 de enero de 2013, en una carta de denuncia y con el fin de proteger a su Pueblo, el MNLA pide “la apertura de negociaciones en el marco de la Federación de Malí al objeto de encontrar una solución definitiva al conflicto del Estado Azawad y  Malí ”.

                                     A la Dirección Nacional del FREPIC-AWANYAK le cabe el honor del reconocimiento y la confianza de otros pueblos hermanos de la Tamazgha. En este sentido, responsables del MNLA tuvieron a bien anunciarnos,  en la visita de primeros días de enero de 2012, las aspiraciones democráticas del Azawad y el temor a la deriva armada, ante la insensibilidad de la Comunidad Internacional. Por nuestra parte, hemos comprometido apoyo a su causa, justa y democrática de liberación del Azawad; que mantiene una realidad anacrónica, carente de derechos  nacionales y  sujeta  a  intereses extranjeros.

Hoy, en su campaña internacional, denuncian la intervención militar de Francia, Malí y la CEDEAO, así como los más de cincuenta años de odio, marginación y falsa integración social, cultural y étnica de los azawadíes en la sociedad y República de Malí. En ello, está el origen de las hostilidades con los sucesivos gobiernos de Bamako, pero también en los ataques perpetrados  por los malienses, desde el 17 de enero al 4 de abril de 2012, cuya consecuencia fue la de proclamar la Independencia del Azawad ante el golpe de Estado de los militares malienses el 6 de abril. No obstante, el MNLA y el Consejo Transitorio del Estado del Azawad, mantienen abierto el compromiso de buscar una solución política al conflicto que garantice la integridad y la identidad de su Pueblo y se arbitren medios para el  fin de la miseria en la que está sumido.

Desde su propia constitución, el MNLA ha venido pidiendo ayuda, denunciando la situación que sufre sus gentes por el gobierno de Malí y advirtiendo de los riesgos del terrorismo a la Comunidad Internacional. Pero, el cinismo de ésta, hizo oídos sordos a su llamada para  eludir en favor del gobierno de Bamako el diferendo político con los representantes del Azawad. Han preferido apoyar a un gobierno sátrapa permisivo a oscuros intereses económicos europeos en forma de uranio, hidrocarburos y otros minerales, mientras la expansión de los grupos terroristas se fortalecía en detrimento del proceso democrático y laico del MNLA. Situar el conflicto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para justificar una intervención armada que ha derivado en secuestros, como el recién ocurrido en la planta de gas argelina con muertes de inocentes, sin resolver el problema de fondo; cuyo origen es colonial e institucional de Francia al imponer la integración del Pueblo del Azawad en la República de Malí;  puede tener consecuencias imprevisibles. Resulta perverso que, el propio presidente de Malí el 21 de septiembre del pasado año a propósito de la celebración de la independencia de su País, prometiera públicamente, por tres veces, que “la prioridad era el diálogo y la negociación” con los representantes del Azawad para, tres días más tarde, pedir la “intervención militar inmediata”.

El terrorismo en la región y su repercusión son globales, por lo tanto, no sólo son un problema de un país o del MNLA, sino debe ser el compromiso de la Comunidad Internacional. El MNLA y, antes, desde su fundación el 1 de octubre de 2010  el Movimiento Nacional de la Azawad, se han enfrentado con todos los grupos terroristas en particular con Ansar Dine, por su condición de touareg islamista integrista, responsable de generar el conflicto interno que obstrucciona el proceso de independencia y al que le exige se desvincule del terrorismo, renuncie a la imposición de la sharia y se comprometa en el proceso democrático que el Consejo Transitorio del Estado del Azawad defiende. En este sentido, cualquier identificación del MNLA por los medios de comunicación europeos de apoyo al gobierno de Malí con los grupos terroristas AQMI, MUJAO, ANSAR DINE, etc. no es sino una tendenciosa manipulación que pretende confundir a la opinión pública y deslegitimar políticamente los nobles objetivos del MNLA, para también justificar al ejército maliense traspasar la línea territorial entre el Azawad y Malí y eludir la búsqueda de una solución política y pacífica al conflicto entre ambos países.

La población del Azawad y, en general, esta parte del Sahel,  sufren el hambre, la escasez de alimentos, medicamentos y otras necesidades básicas, mientras es expoliada por las multinacionales europeas y asiáticas. Son, a estas necesidades que afectan a la población indefensa, a las que se le deben dar una prioritaria respuesta  de la Comunidad Internacional y organizaciones humanitarias; principalmente, por aquellos Estados que se benefician con la connivencia del gobierno maliense de explotar los recursos naturales en la zona. Los medios de comunicación deben poner especial sensibilidad para evitar que, en medio del totum revolutum existente, los grupos terroristas y la reacción maliense continúe cometiendo detenciones arbitrarias y asesinatos de la población civil, por su origen o color de la piel, hechos denunciados en reiteradas ocasiones por las organizaciones de Derechos Humanos. Y, también, poner fin a la complicidad y pasividad de las autoridades malienses y argelinas en los secuestros de ciudadanos y trabajadores extranjeros, utilizados como moneda de cambio, para mantener el status quo de éstos en la zona y empañar las aspiraciones democráticas del Azawad.

Los cambios en el continente, a pesar de la secuestrada capacidad política e institucional de Canarias, particularmente, lo que pasa en el Norte de África y en el Sahel, nos afecta y mucho, aunque, menos en alarmismo terrorista y más en términos de geoestratégia regional. Pues, hay más distancia física desde Nouakchott a las Islas que desde éstas al Azawad. Pertenecemos a una región continental rica en recursos minerales y energéticos, estratégicos, con mayor influencia por su potencial económico que por la propia distancia que nos separa. La recurrente encrucijada histórica del Archipiélago, tiene mucho que ver con los cambios geopolíticos en la región y sus efectos: la neutralidad, el Tratado de Pelindaba, la Otan, los contenciosos coloniales, etc.; cuya preocupación ha sido desplazada por el terrorismo yihadista, traficantes, secuestradores y la tiranía de Estados títeres sujetos a la incertidumbre política y/o ideológica del precio de la inestabilidad que, sólo la fuerza de procesos democratizadores, como los de la Primavera Norteafricana, podrán superar.


 

                                                                                                                       

En este sentido, no cabe ningún mercadeo que altere el carácter de la reivindicación histórica de los azawadíes, cualquier intervención militar promovida por los organismos internacionales debe tener en cuenta al MNLA y a la población touareg como actores ineludibles de la resolución del conflicto en Azawad y garantía democrática exenta de expresiones terroristas. El conflicto, no sólo se reduce a la extinción de AQMI, MUYAO, ANSAR DINE, etc. sino, depende, de las propuestas que hagan el gobierno de Malí, la CEDEAO, la OUA y la Comunidad Internacional a la situación del Azawad y a las reivindicaciones del MNLA. Consecuentemente con las resoluciones de las Naciones Unidas que obliga, al gobierno de Bamako y a los touaregs del Azawad, a establecer un proceso de negociación creíble entre las partes concernidas y, en esto, estriba la clave de la resolución del conflicto y la paz en esta parte del Sahel.





Acabando este artículo, el MNLA informa que “las ciudades de Kidal, Tessalit, Léré, In Khalil, Anefis, Tinzawatène, Talatayt y Tessit, están bajo control y asumen la responsabilidad de garantizar la seguridad de las personas y los bienes azawadies contra los abusos del ejército maliense y sus milicias, para evitar se repitan masacres como la operación “Serval” llevada a cabo bajo el mando del ejército francés”.

Tomás Quintana

Secretario General del FREPIC-AWANYAK, frepic@canariasestado.org