martes, 17 de marzo de 2015

¡AISHA LIBERTAD!



No se corresponde la continencia social y política de la sociedad canaria, sólo destacada por la protesta al expolio  de Repsol cuyas emociones contradictorias iban más allá, con las respuestas que recibimos del Estado español. Como tampoco lo es que los efectos de la pintada de una joven, denunciando el drama del paro juvenil y haciendo uso del derecho a la libre expresión, se resuelva con el encarcelamiento de ésta el próximo 19 de marzo. La indulgencia y la generosidad son y han sido elementos extraños a la colonialidad de estas Islas, intransigencia que imponen en ultramar los poderes de la Metrópoli, distintos y distantes a la lógica de allá. 

 

Los tópicos de la idiosincrasia de este País gravitan como una pesada loza hasta la indefensión de los  derechos democráticos que “generosamente” la constitución de la “zanahoria” nos atribuyen, permitiendo cualquier humillación o represión sin la debida reacción  política y social, y asumiendo el crónico trato como si de una maldición divina se tratara. El estigma que proyecta el status quo sobre todos nosotros se da en las cuestiones más sencillas y produce una parálisis en toda la sociedad, hasta que el drama no llega a los más próximos o trasciende más allá de cualquier titular de prensa que provoque la movilización.

Es alarmante, además de las razones perniciosas que sufre la sociedad canaria, que ahora tengamos que asistir impasibles a la sentencia de quiénes denuncien tal situación, como es el caso de Aisha que, arrastrada por el angustioso panorama en la que tres de cada cuatro jóvenes sufren la frustración del paro o de la emigración sólo le queda la protesta y, son éstos jóvenes, junto con las mujeres y los más pobres, los damnificados y los que tienen  mayor necesidad y legitimidad democrática para hacer valer sus derechos que tientan  a la rebelión.

Criminalizar a cualquier ciudadano por un atisbo de rebeldía o por defender su integridad ante la hostilidad de unos individuos que dicen ser policías pero no se identifican y piden la de quienes estaban pacíficamente pintando, que arrebatan las llaves de su propio coche parado y que tiran al suelo a la chica y al acompañante, como si fueran vulgares delincuentes para terminar siendo arrestados y trasladados con brutalidad en un transporte policial. Un incidente grave al que, una vez más, se le impone el principio de autoridad u hostilidad colocándose por encima de la razón y de los derechos humanos,  y se revela como provocador en un ambiente de tensión contenida en las Islas que  pudiera tener efectos imprevisibles  como lo  ocurrido en Túnez que, también la represión injusta de un joven, derivó paradójicamente en el inició de la liberación de tiranías norafricanas.     

Aisha, no es ningún peligro social. Está comprometida con los valores democráticos de justicia, libertad y los derechos nacionales de los canarios, quizás por esto, además del encarcelamiento y la condena económica, se le impone la inhabilitación del sufragio pasivo como pena ideológica. Por otra parte, conviene resaltar el vergonzoso papel de la Confederación Canaria de Empresarios, CCE,   en su denuncia a otras 5 mujeres por manifestarse, desplegando una pancarta en su local de actos públicos, contra el drama del paro y la evidente explotación , la víspera del Día Mundial de la Mujer Trabajadora.

Sin duda, excesos reprobables propios de los que denuncia el Foro Económico y Social recogido en el Estudio Executive Opinion Survey y que valora la independencia judicial de los gobiernos, los ciudadanos y las empresas, situando al Estado  español y sus colonias al nivel de Irán y entre Botswuana, Malasia, Arabia Saudí y Zambia.

Represión que denuncia el Consejo para la Descolonización y la Transición Nacional del Archipiélago Canario, CDTN, llamando a participar en la convocatoria de manifestación que partirá desde el Parque San Telmo el día 18 de marzo a las 19:30, que apoyan multitud de formaciones sindicales, políticas y sociales, y que por razones humanitarias, también, hemos suscrito la solicitud de indulto en la que se pide la libertad de Aisha.

Archipiélago Canario, 16 de marzo de 2015

                                                                                    Tomás Quintana,

Secretario General del Frepic-Awanyak, miembro fundador del CDTN

 



                                       CONSEJO PARA LA DESCOLONIZACIÓN Y LA TRANSICIÓN NACIONAL DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO



 

 

 


miércoles, 11 de marzo de 2015

¿El indigenismo puede cambiar la situación?


Inspirado en algunos escritos del investigador, compañero y amigo, Guillermo Sánchez Pérez, sobre el indigenismo como modo de recuperar el espacio tan podrido, expoliado y de corrupción que se vive en Canarias; añadido a la recuperación del protagonismo de la madre tierra en la Bolivia de Evo Morales, recuperé la memoria sobre una de las historias coloniales de la España sangrienta y prepotente de allende los mares. Concretamente la leí en mi última escapada a Colombia y creo que refleja el sentir de lo que hoy día aguantamos, todos los procesos coloniales que nos imponen desde cualquier gobierno metropolitano español.



Los que mal nos gobiernan van acumulando un creciente número de leyes injustas que siguen ahogando a los conformistas asfixiados y anulados por el miedo, ellos saben que los indígenas de Canarias, que son ahora mismo los más perjudicados por sus políticas de presión, aguantan las lluvias de multas y palos, casi sin rechistar. La historia criminal está de su parte y la experiencia de estrangular y someter, les dice que pueden apretar y que no pasará nada, ya que el miedo “neblina la conciencia y realidad del canario/a”, como decía  Manuel Alemán.

 Para no dispersarme más, comenzaré a narrar resumidamente la historia que aquí nos emplaza, se desarrolla en Quindío y para entender lo tortuoso del camino, Alexander Von Humboldt que lo recorrió en 1801, deja escrito que era el paso más penoso de la Cordillera de los Andes, pero donde queda reflejado la dureza del viaje, es en una carta enviada a su hermano (1) Wilhelm Von Humbotdt "Lima, noviembre 25 de 1802”, donde destaca la desgraciada y mal pagada profesión de los cargueros indígenas:

 



"Por mis cartas precedentes debes saber, mi querido hermano, mi llegada a Quito. Llegamos aquí, atravesando las nieves del Quindío y del Tolima, porque como la cordillera de los Andes forma tres ramas separadas, y nos hallábamos en Santa Fe sobre la más oriental, tuvimos que pasar la más alta para acercarnos a las costas del mar del sur. Solamente los bueyes pueden utilizarse para cargar, en este paso, el equipaje. Los viajeros se hacen cargar ordinariamente por hombres que se llaman cargueros. Tienen una silla amarrada a la espalda, sobre la cual el viajero se sienta, andan tres o cuatro horas por día y solo ganan 14 piastras en 5 o 6 semanas…"

 
En esta carta, ya podemos hacernos una idea de la dura vida colonial y de la miseria de los que la padecen, pero la verdadera nobleza y templanza del indígena, se conoce mejor cuando se le aprieta tanto, que se rompe el paso de rosca y es ahí, donde aparece la verdadera historia del digno y honrado indígena anónimo, relatada por el médico francés Charles Saffray, en su viaje a Nueva Granada, en un episodio que acaeció antes de la independencia (2):


"Un oficial español que atravesaba el Quindío parecía complacerse en injuriar a su conductor, porque le parecía que iba demasiado despacio, aunque el indio hacía cuanto le era posible. El viajero, empeñado en acelerar la marcha, gritaba siempre, y al fin, calzándose las espuelas, hirió con ellas al conductor. Llegados a un punto donde el camino bordea un espantoso precipicio de cuatrocientos metros de profundidad, el indio, que esperaba su hora; se arqueó de pronto sobre su férreo palo, y de un vigoroso empuje lanzó al oficial en el abismo. Todos los conductores del Quindío saben esta historia, y enseñan el sitio donde fue precipitado el viajero".

 
Moraleja de la historia: “Habrá que soltar el lastre que nos gobierna para poder caminar dignos y libres”.

 
Pedro J. Brissón 08/03/2015

 Bibliografía:

 
* Biblioteca Virtual Luís Ángel Arango

(1) “Alejandro de Humbolt en Colombia”. Extractos de sus obras compilados, ordenados y prologados con ocasión del centenario de su muerte, en 1859, por Enrique Pérez  Arbeláez, Dr. Phil. Edición de la Empresa Colombiana de Petróleos, Bogotá, Colombia, 1959. Impreso en Editorial Iqueima.

(2) “Doctor Charles Saffray: Viaje a Nueva Granada”  Volumen 110 de la Biblioteca Popular de Cultura Colombiana. Bogotá - Colombia, 1948.